miércoles, 14 de septiembre de 2011

Superpoblación. ¡Gran problema!

Desde hace muchos años China, por ejemplo, ha tomado decisiones legislativas en cuanto al control natal de sus ciudadanos; a pesar de que este es un país con un alto nivel de superpoblación y además un alto índice de desigualdad y pobreza, muchas otras naciones deberían preguntarse, si seguir el mismo parámetro de China en cuanto a este aspecto, sería lo adecuado.

Ya se están haciendo múltiples campañas alrededor del mundo para prevenir embarazos no deseados entre adolescentes - cosa que es muy común ahora y más en países muy pobres - pero creo que no es suficiente y deberían adoptarse otro tipo de estrategias, más que todo porque no se han dado los resultados esperados y todavía hay muchas adolescentes quedando en embarazo desde edades muy prematuras.

Las pruebas están cuando una familia se desestabiliza al momento de que una adolescente perteneciente a ella queda en embarazo, pero atención, cuando hablo de desestabilización me refiero pura y exclusivamente a la parte económica, no a la parte cultural ni social, puesto que para muchas personas, familias y sociedades arcaicas aún es un deshonor y pérdida de estatus que suceda algo así; sin embargo, es muy respetable ese pensamiento pero no es el tema que nos atañe en este momento, sino la cuestión económica del asunto.

Ya teniendo la idea clara, prosigo entonces con el argumento. Como decía, cuando ocurre algo tan importante como la llegada de un bebé no planeado y más si es en una edad muy temprana, no se pueden desconocer las consecuencias económicas de dicho acontecimiento, tanto para la persona directamente implicada como para el entorno familiar, y yendo más allá, para un país y la economía que lo conforma.

Se puede ver lo anteriormente planteado a simple vista en los preescolares, colegios e incluso universidades. Es visible la poca capacidad de dichos centros para albergar a tantas personas, y es el Gobierno el que por obligación o no (objeto de debate), es la entidad que tiene que subsidiar a las mencionadas instituciones si son públicas; la pregunta es: ¿cuántas de estas personas que ahora hacen parte de la sociedad no fue proyectado su nacimiento y por lo tanto no fueron diseñados los procesos y condiciones económicas para albergarlas?, ahí está el punto, un embarazo no programado, no solo afecta el entorno directo de las personas implicadas, también afecta la sociedad en general a mediano y largo plazo. De igual forma es posible ver la superpoblación en otro tipo de organizaciones, no solo académicas y educativas, también en el sector salud, y este sí es un punto bastante sensible para la economía de un país y más si se parte de la idea de que la cobertura de salud debe ser universal, y se complica aún más si esa cobertura por parte del Estado no implica ningún tipo de pago por parte de los ciudadanos. Es cierto que aunque haya mucha gente y todas paguen impuestos al Gobierno, este se los retribuirá de manera equitativa a cada uno de ellos en educación, salud, infraestructura. Pero no pasa esto, ya que en una sociedad de mercado lastimosamente no hay empleos para todos, solo para los más aptos y capacitados, entonces, ¿qué pasa con los no aptos y no capacitados?, ¿serían una carga económica para la nación?

Sin dudas la superpoblación mundial, no es únicamente producto de los embarazos no deseados, aunque sí contribuyen de manera muy significativa. Por ello lo importante de crear nuevas estrategias para evitar y frenar el nacimiento de personas que la sociedad todavía no está preparada para recibir.

No digo explícitamente que adoptemos el modelo chino en cuanto al control natal, pero sí hay que tomar en cuenta que en muchos países ya hay legislaciones en proceso para aprobar el aborto y que en otros tantos Estados de algunos países ya está aprobado, para que no sea ilegal, y que sea decisión de cada mujer como parte de su autonomía o como una cuestión puramente física y de salud. Otra estrategia más conservadora que la anterior podría ser la adopción, como alternativa para no tener hijos propios y así contribuir un poco con la disminución de humanos en el planeta; quizás todo esto suene drástico y complicado, pero es que la realidad en la que vivimos es compleja y amerita de resultados rápidos y eficaces, y una buena forma para comenzar es plantearla tal y cómo es. En fin, creo que estos serían solo algunos buenos mecanismos que contribuirían a la solución del problema planteado.

Adjunto dos enlaces que nos pueden ilustrar más al respecto.



Andrés F. Ruiz
Negociador Internacional,
Estudiante de Economía.