martes, 31 de enero de 2012

Incertidumbre Internacional

En los últimos 4 o 5 años se ha estado sintiendo en el mundo una sensación bastante incómoda con respecto al mundo financiero, los mercados responden a su instinto natural, demostrando así el mal momento económico por el que está pasando el planeta. Es una realidad que la economía mundial no se encuentra en su mejor estado, y si bien es cierto que gracias a medidas gubernamentales en EE.UU y Europa se ha aplacado en gran medida la crisis, también es verdad que cada vez más se ven las debilidades y flaquezas de muchos países occidentales.

A pesar de todo esto, no se puede caer en un marasmo y mucho menos en una inacción; el mundo de los negocios debe seguir adelante, superando y aprendiendo de los errores cometidos; estamos en tiempos inciertos y cambiantes, pero aun así los que creemos en una economía de mercado (la mayoría de las personas) no debemos darnos por vencidos y sucumbir ante otros sistemas que empeorarían mucho más la situación actual.

Hay un gran desconcierto global, muchas franquicias y empresas importantes y de renombre han quebrado, varios gobiernos han tenido que recurrir a la ayuda de sus vecinos para pagar sus deudas, se empieza a ver una caída significativa en el número de emprendedores en el mundo, la calidad de vida de muchos países ha disminuido, el déficit cada vez es mayor en muchos países, es palpable y perfectamente visible toda esta situación; sin embargo, es un buen momento para invertir en economías emergentes, puesto que como es lógico, son las que a mayor velocidad crecen, y que no se vieron tan afectadas por la crisis a excepción de aquellos gobiernos que tienen sistemas económicos "keynesianos". Tiene mucho sentido pensar que lo mejor es no hacer nada, por lo menos mientras la crisis acaba; pero yo no creo que eso sea lo económicamente correcto, no para los buenos Negociadores.

No es lo correcto porque a pesar de que hay mucho temor de invertir, comprar, vender, financiar, etc. debemos arriesgar y posiblemente ganar por las mismas razones, puesto que se debe ver todo en un marco general y aprovechar ese mismo miedo colectivo. Las dudas acerca del corto plazo pueden hacer que los agentes económicos eviten ir tras metas de largo plazo, pero es con eso que debemos jugar a nuestro favor y ser astutos y perspicaces. Si es necesario probemos y equivoquémonos (el mundo de los negocios es así), luego adoptaremos otros modelos exitosos.

Debemos reducir el temor al fracaso, es decir, minimizar el pavor a un desengaño o tropiezo. Si somos consecuentes y sabemos que nuestro ambiente implica esta clase de cosas, aprenderemos de esos desengaños y seguiremos adelante con nuestra idea de Negocio. Al mismo tiempo es conveniente protegerse ante los riesgos, una forma sería probar diferentes métodos a la vez, de esta manera nos acogeríamos al que mejor resultados nos dé. Hay que generar impulso, fomentar honestidad, producir interés, etc.

En conclusión, no nos desmotivemos por las circunstancias de la economía en estos momentos, al contrario, seamos emprendedores y empresarios, validando nuestra experiencia y conocimiento.

Andrés F. Ruiz
Negociador Internacional,
Estudiante de Economía.