miércoles, 27 de junio de 2012

Pobreza y desigualdad

En los últimos años la pobreza, en lugar de ir disminuyendo cada vez más y de manera acelerada, se ha venido acrecentando principalmente en los países en vía de desarrollo, causando esto mayor desigualdad entre las clases sociales y una brecha cada día más grande entre las clases capitalistas y obreras. 

Entre las zonas más desiguales del planeta se encuentra América Latina. Específicamente en la periferia centroamericana hay países que su nivel de pobreza es tan alto que muchas veces es complicado hacerse una idea de qué tipo de vida tienen estas personas y cómo subsisten con menos de US$1 al día. Entre los que tienen índices más preocupantes están: Honduras, El Salvador y Nicaragua; aunque si bien es cierto países como Costa Rica y Guatemala no están tan mal económicamente, sí tienen un nivel de desigualdad bastante extenso y progresivo. 

África y América Latina tienen en común un aspecto en cuanto al primer lugar en dos escalafones. El Continente Negro por su parte ostenta el primer lugar en cuanto a la zona más pobre del planeta, mientras que América Latina tiene a su cuesta el primer lugar en cuanto a la zona más desigual del mundo. Sin embargo, son dos continentes demasiado diferentes, empezando por sus culturas, lenguas, gastronomías, hasta llegar a las políticas gubernamentales de cada uno de los países que los conforman. La desigualdad y la pobreza son problemas cancerígenos de la sociedad por igual y hay que combatirlos de la misma forma. 

Un ejemplo de desigualdad en un país rico y próximo a convertirse en desarrollado, es Chile. El PIB de este país austral es significativo, crece anualmente entre 4.8% y 7.1%. El nivel de vida de la clase alta es excelente comparado con el resto de América del Sur. Sus multinacionales se expanden a un ritmo acelerado y su sector industrial se encuentra en un auge sin precedentes. A pesar de todo esto, al momento de comparar esa clase alta antes mencionada con la clase trabajadora y obrera, nos encontramos con una brecha enorme y para algunos, injusta. Es verdad que Chile hoy en día es supremamente atractivo para los inversionistas extranjeros, para multinacionales europeas y estadounidenses, para magnates que quieran ver su fortuna crecer; pero también es cierto que estos aspectos no siempre están relacionados con la riqueza y crecimiento de todas las clases sociales. 

Es por todo lo anteriormente expuesto que, la desigualdad social está llegando a su punto más alto en la historia, puesto que las principales economías mundiales siguen creciendo – a pesar de la crisis actual – pero el margen de desigualdad también lo hace y a pasos agigantados. Entonces, no solo debemos preocuparnos ya por la pobreza en sí, o por la falta de renta o de ingresos de los ciudadanos; debemos ir más allá, y tratar de solucionar el gran problema que es la desigualdad social.

Andrés F. Ruiz
Negociador Internacional,
Estudiante de Economía.

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