martes, 10 de febrero de 2015

10 años: República Dominicana, ¿lo tiene todo?

Para nadie es un secreto, y menos para quienes nos gusta la buena televisión internacional, que la campaña publicitaria del Ministerio de Turismo de la República Dominicana para vender el país es "República Dominicana Lo Tiene Todo". Habría que preguntarle al Gobierno dominicano y a la sociedad en general qué es para ellos tenerlo todo. 

Este artículo más que tener bases académicas con datos macroeconómicos o investigaciones históricas, tiene mi perspectiva personal de lo que significó y significa para mí esa isla caribeña. Es la primera vez y creo que la última que escribo un artículo en este blog con emoción personal y sentimiento. Hablaré, entonces, un poco, de estos 10 años que llevo conociendo las aristas de la República Dominicana, aunque ya no viva allí.

Insinuaba al comienzo una pregunta que habría que hacerle al país en general. Si algunas de las respuestas que podrían surgir son las siguientes, entonces comprendería un poco más el sentido de la campaña publicitaria. Si tenerlo todo significa tener un gran índice de analfabetismo, con cientos de niños sin poder acceder a una educación digna y trabajando desde edades tempranas, entonces es cierta la campaña. Si tenerlo todo indica lo saturado que está el país de camiones cisterna, porque simplemente no hay acueducto ni agua potable, entonces la campaña tiene sentido. Si tenerlo todo significa casas llenas de velas o de lámparas de trementina porque el sistema eléctrico no da abasto y hay apagones diarios por horas eternas, entonces la campaña es un acierto. Si tenerlo todo significa un país abarrotado (especialmente el Este) de sectas e iglesias de garaje en algunos casos con pastores corruptos y pedófilos, entonces la campaña es una verdad inmutable. Si tenerlo todo es tener cientos de políticos demagogos y oportunistas, aprovechándose del pueblo y de la juventud constantemente, entonces es una campaña muy cierta. Si tenerlo todo significa que existan personas racistas, particularmente con sus hermanos los haitianos; que hayan deficiencias policiales, donde prime el interés de los más pudientes; que abunden los 'profesionales' charlatanes, como profesores que aún no entiendo cómo salí airoso de sus clases; que haya tanta mediocridad en las instituciones y en las entidades del Estado... si todo eso significa tenerlo todo, entonces es la mejor campaña publicitaria de todos los tiempos. (No sigo nombrando más posibles respuestas porque me quedó muy largo el párrafo y mi profesora de Lectoescritura Económica me regañaría).

Saltará algún puritano a decir que la campaña se centra solo en el turismo, que de ninguna forma mezcla los aspectos sociales y políticos del país con su principal fuente de ingresos. Otros dirán que es simplemente una estrategia publicitaria para resaltar las playas de Punta Cana, el teleférico de Puerta Plata, la Zona Colonial de Santo Domingo (donde viví un par de meses), alguno que otro dibujito de los taínos o quizás las lindas ballenas que llegan a la bahía de Samaná.

La verdad es que, exagerando, podría demandar esa campaña ante alguna instancia internacional como la Organización Mundial del Turismo (OMT) por publicidad engañosa o por pretender que el mundo se crea que en realidad la "República Dominicana Lo Tiene Todo". Pero no haría semejante cosa, primero porque no tengo tiempo ni recursos para emprender semejante aventura, y segundo porque...

... Porque para mí, en lo más profundo de mi corazón, en lo más recóndito de mi alma, la República Dominicana SÍ lo tiene todo. ¿Qué? ¿Cómo es posible que Andrés esté diciendo esto si en este mismo artículo ha escrito tantas cosas irónicas y con cierto resquemor sobre la República Dominicana?

La respuesta a esta última pregunta es quizás más sencilla a las planteadas anteriormente. Resulta y acontece que hace 10 años llegué a la República Dominicana con mi mamá y mi hermano, llenos de sueños, ansiosos por un cambio en nuestras vidas y con miles de metas por cumplir. Llegamos a una tierra desconocida, con una cultura distinta y con un "español" muy raro, donde hablan sin la 's' y con un tonito chistoso y particular. Un lugar sofocante por un calor eterno y un ritmo de vida muy diferente al que estábamos acostumbrados.

Recuerdo a mi madre en esos momentos de cambio, recuerdo a esa mujer fuerte que sufría en silencio, pero sin demostrarnos nada para no desanimarnos. Recuerdo a esa madre bondadosa y cariñosa que nos llevaba a mi hermano y a mí a tomar leche chocolatada al malecón de Santo Domingo, donde mirábamos ese mar inmenso, ese horizonte, donde imaginábamos esa tierra donde nacimos, ese lugar de nuestros ancestros.

Llegamos a un lugar desconocido pero lleno de personas muy cálidas que de inmediato nos recibieron con los brazos abiertos y dispuestos a guiarnos en nuestro camino. La República Dominicana no solo lo tiene todo por esos lindos recuerdos que tengo (que son miles y miles), sino que lo tiene todo porque aún alberga a mi madre y a mi hermano, aún viven allá alcanzando sus objetivos y metas, creciendo como personas y rodeados de gente buena, de personas que los quieren y que los tienen como suyos, como unos dominicanos más.

Esa isla del Caribe ocupa un gran espacio en mi corazón. Me gradué de bachiller allí, me quedaron grandes amigos y personas maravillosas en ese lugar, viví grandes experiencias, conocí lugares, su gastronomía es espectacular... ¡ETERNO AGRADECIMIENTO CON ESE PAÍS!

Por esas y muchas razones más, la REPÚBLICA DOMINICANA LO TIENE TODO.

Andrés F. Ruiz
Negociador Internacional,
Estudiante de Economía.

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